Viña Bristol

Para comprender en profundidad la cultura del Jerez es necesario conocer el origen de todo el proceso de crianza de sus vinos, la materia prima: sus viñedos

El viñedo del Marco de Jerez se compone de grandes llanuras y suaves lomas que forman una dilatada campiña de horizontes abiertos. Los viñedos están situados en pagos, que son porciones de tierra de extensión variable que tienen una topografía y un mesoclima homogéneos.

Viña Bristol es una clásica casa de viña jerezana, ubicada en el pago de Lomopardo, junto a la pedanía de Cuartillo. El cortijo está rodeado por 375 hectáreas de viñedos de tierra albariza, de los que se obtiene la uva de la variedad palomino con la que se elaboran los vinos secos como los finos, amontillados y olorosos.

La tierra albariza recibe su nombre por el color blanquecino del terreno. Consiste en una roca marga blanca y orgánica, rica en carbonato cálcico, arcilla y sílice formada en el Oligoceno por la sedimentación de las aguas de un mar interior.

Durante el circuito por los viñedos que rodean Viña Bristol disfrutaremos de la natural e impactante belleza de sus vistas, la inmensidad de viñedos que se pierden en el horizonte. Gracias a su situación, a 130 metros sobre el nivel del mar, tenemos una visión privilegiada de la sierra y la costa gaditana. Un espectáculo natural, rodeados de silencio y naturaleza en estado puro.

También podremos conocer de primera mano las labores que se realizan en el viñedo, tanto las técnicas actuales como las utilizadas en el pasado, gracias a una exposición que nos mostrará utensilios, procesos e imágenes de hace más de 40 años.

Durante la visita, conoceremos una de las singularidades del viñedo jerezano, su sistema de poda: el método según el sistema de vara y pulgar.

La plantación de la viña se prepara mediante el desfonde o cava de la tierra. Se realiza un cajón por cada cepa que se va a plantar, se procede al abonado de fondo de cada uno de ellos y se tapan con tierra. Estas faenas se realizan en agosto, cuando la tierra está más seca y cuesta menos ararla al ser menos compacta, motivo por el cual se le denomina agostao. A finales de febrero o principios de marzo del año siguiente se procede a plantar la vid Portainjerto, introduciendo en la tierra la vara. Los liños de cepas se orientan de norte a sur, para posibilitar la máxima insolación. En agosto, se procede al injerto de la cepa.

En la primera poda, a la cepa injertada, se le dejan sólo dos brazos, que posteriormente servirán para podarla según el sistema de "vara y pulgar". Este sistema de poda consiste en dejar en un brazo de la cepa una vara de ocho yemas, mientras que en el otro brazo se deja un pulgar de una sola yema. De la vara nacerán los racimos de esa cosecha, mientras que del pulgar saldrá un sarmiento. Al año siguiente el sarmiento que brotó del pulgar será la vara, mientras que la vara del año anterior se podará en corto, a modo de pulgar. Este sistema de poda alterno se realiza entre diciembre y enero.

Para completar la visita a Viña Bristol, podemos optar por diferentes opciones.

Comenzar con un desayuno campero a la sombra de las parras que envuelven el patio central de la casa. Un auténtico desayuno andaluz con tostadas de pan de campo con aceite de oliva virgen, tomate, jamón serrano, manteca colorá... disfrutando de un marco incomparable.

Otra de las opciones es disfrutar de un almuerzo típico del tiempo del mosto. Morcilla, butifarra, el tradicional ajo caliente con rábanos, tortilla, pimientos fritos... acompañados de nuestro mosto del año. La gastronomía clásica de las casas de viña de Jerez disfrutada en su marco natural, una experiencia inolvidable.

Al concluir la visita, y haciendo un recorrido por la crianza de los vinos de Jerez, podremos disfrutar de los diferentes vinos que se producen en la zona con una cata guiada a cargo de un experto. En la cata podremos conocer, probar y maridar con la mejor gastronomía de nuestra tierra, un amplio abanico de vinos del Marco: manzanilla, fino, amontillado, oloroso y Pedro Ximénez.